martes, noviembre 14, 2006

Martes; no te cases ni te embarques

Estoy aburrido, no sé que más hacer, Javier se durmió leyendo un libro y no pude despertarlo, aparte de que este idiota puede dormir por sobre todo el ruido que se les pueda imaginar, porque además, no tuve corazón para sacarlo de su reposo, se ve tan cansado, me pregunto que le pasará, es cierto que yo lo mantengo ocupado, pero nunca tanto, que le habrá sucedido con la pelirroja, está tan reluctante a hablar de eso.

Este post es una total y completa pérdida de tiempo, tanto para mi escribirlo, como para ustedes leerlo, sin embargo acá estoy.

Llamé a la casa de Pablo hoy y no pude hablar con él, me dijieron que estaba muy... -cuál es la palabra- molesto, trastornado, se sentía mal, no sé como describirlo, pero no estaba bien, hablé un rato con la mamá y me dijo que Pablo tenía un caso menor de amnesia, no se molestó en preguntar como estaba yo, perra.

Llamé a casa de Andrea para saber de ella, todavía en observación, estable, fuera de peligro y dependiendo de como evolucione el caso de aquí a dos semanas más la van a someter a una cirugía reconstructiva para disminuir las cicatrices del rostro. Andrea salió del auto por la ventana... que estaba cerrada. Tampoco preguntaron por mi, a esas alturas ya me estaba acostumbrando, siendo que entre una llamada y la otra, mi viejo llamó para aclarar que él no iba a pagar todas las cuentas del hospital, Javier me quitó el auricular cuando me vió la cara, dijo que me había puesto pálido. Le dijo a mi viejo que no era un buen momento y colgó. Le dije que iba a volver a llamar, que se iba a enojar, pero a Javier no le importó, dijo que no me preocupara de eso, que mi deber en estos días era descansar, no estresarme por tonteras.

A veces me pregunto, no, no a veces, muy seguido me pregunto que hace Javier conmigo, qué hace que él siga volviendo, que me siga cuidando, que se siga preocupando, qué tengo de grandioso que no se aburre de mi, porque francamente no me encuentro nada grandioso ni fuera de serie, si me miro al espejo sólo hay un chico claramente fuera de lugar y un poco escuálido devolviéndome el reflejo, a veces no sé que es más fuerte, no sé cual de mis sentimientos por él prima, el amor o el odio, lo amo, es imposible no amarlo, pero al mismo tiempo lo odio por quererme, creo que nunca estuve tan a gusto con él que cuando estaba enojado conmigo, pero eso sólo lo puedo ver ahora, ahora que veo que nuestra relación comienza a parecerse a la de antes y yo no quiero eso.

Si esto fuera un fic el narrador omnisciente estaría escribiendo algo más o menos así:

Javier posó la mano en su hombro y le dijo:

- ¿No crees que es un abuso tratar de escribir con una sola mano? Se supone que deberías estar descansando, no escribiendo un diario de vida en línea- Antoine frunció el ceño y se limitó sólo a terminar de escribir su entrada.

-Ya terminé señorita enfermera- dijo Antoine con clara antipatía. Luego puso el punto final e hizo click sobre el botón PUBLISH


A N T O I N E

No hay comentarios.: