sábado, octubre 27, 2007

Les voy a contar una historia

Porque lo prometido es deuda.
Conseguí que un compañero me escaneara las fotos que encontré hace tiempo en la gaveta superior de la cómoda de mi mamá. No les voy a contar lo que estaba haciendo en su pieza, pero digamos que el rojo no es mi color.

La parte triste de todo esto, es que me parece que todavía tengo el mismo corte de pelo que tenía en esas fotos, obviamente mi pelo está más oscuro porque eso es lo que sucede cuando uno crece y se hace viejo, pero sí, es el mismo corte. Al principio no me había dado cuenta, hasta que mi compañero me dijo con cara toda burlesca; ¡Ja! Tienes el MISMO corte de pelo, es que ¡no podí’ ser tan nerd!

Como no le creí, me arrastró hasta el baño de su casa y me obligó a mirarme al espejo y ¡oh! Por Zeus, que mi corte de pelo es el mismo, bueno, no exactamente, está un poquitín más corto para que se vea bien con el uniforme del colegio, si no parecería un vago cualquiera o al menos eso es lo que los manda-más de este colegio quieren que uno crea, que uno se ve vago, sucio y desaseado si no se puede confundir fácilmente con un militar o marino de turno, porque claro, así de corto esperan estos idiotas que uno lleve el pelo, pero en fin, qué se le va a hacer, ya me queda nada de tiempo aquí.

Después de arrastrarme hasta el baño, me arrastró donde la nana y ella me apretó los cachetes y me desordenó el pelo, dijo que era la foto más tierna que había visto en su vida y luego los dos me arrastraron donde la mamá para mostrarle la foto.

Nana: Mire señora Ana María, una foto de Antoine cuando era chico.
Sra. Ana María: ¡Ay! Antoine, Dios mío, mira esos ojos, te ves tan tierno y mira como estás ahora, si estás ¡igual!
Nana: Cierto que está igual, si es tan hermoso él.
Sra. Ana María: Todos los niños son tan tiernos cuando chicos, mira, por acá tengo unas fotos de Jorgito cuando tenía 4 años, mira que era lindo el también.

Y así, después de casi 20 minutos de afirmaciones y “cumplidos” del estilo de “eres hermoso, tienes ojos de muñeca y te apuesto que todos te tomaban en brazos cuando eras chico” Jorge y yo quedamos con nuestra virilidad destruida.

Pero no importa, todo sea para traerles esta foto a mis queridos lectores, aunque desde ya les digo, olvídense de que les voy a traer fotos alguna vez más en la vida.



A N T O I N E

sábado, septiembre 22, 2007

¡Volví!

“Estoy trabajando”, le digo. “¿De puto?”, me responde. A veces odio a mi padre.

Pero es en serio, estoy trabajando, por respeto a mi privacidad no diré en qué, porque entonces va a ser muy fácil encontrarme, pero sí les diré que si bien no es muy entretenido, la paga es buena. Además, fin de semana por medio estoy yendo de voluntario a un hospital de por acá cerca. Cómo nos cambia la vida ¿ah?

La verdad es que han pasado muchas cosas en estos tres meses, demasiadas... y no he tenido tiempo para siquiera pensar al respecto, pero ahora, con las vacaciones de fiestas patrias y todo este tiempo libre, tuve espacios para dedicarme al ocio. Ocio en su sentido más griego, ocio como tiempo para meditar y reflexionar. Ocio para mirar las estrellas y especular sobre el sentido de la vida, ocio para cavilar sobre todo esto que llamamos existencia. Ocio para Antoine; por fin.

Los pongo al día, como mi vida es digna de telenovela venezolana, Javier y yo terminamos, la situación no dio para más y, muy a mi pesar, les cuento que Javier y la pelirroja del infierno están juntos otra vez. Ya pataleé y rabeé todo lo que podía (y debía) y he terminado por aceptar la situación pasivo-agresivamente, no somos verdaderamente amigos, ya casi no nos llamamos, pero si nos toca estar juntos en algo o esperando la micro, hablamos como si nada. Supongo que a veces las pantallas color rosa, son mejores que la punzante realidad, la realidad de que entre nosotros todavía hay mucha onda y yo le gusto tanto como él me gusta a mí, pero nada que hacer al respecto, llevamos la relación tan lejos como pudimos hasta que finalmente se terminó por romper y aquí estoy aprendiendo a respirar sin Javier.

Sin embargo mi relación amistosa va viento en popa con Andrés, le ha ido muy bien en la escuela, sus notas son excelentes, todo le da sobre 90!! O sea, tiene que ser demasiado inteligente (cosa que yo no soy) como para que le de sobre 90 y bueno, lo es, y me alegra saber que yo soy su amigo.

Hace una semana más o meno encontré una foto mía de cuando era pequeño, pero no sé si publicarla en el blog, me da, no sé, “cosa”, tal vez para la próxima vez que escriba me habré decidido.

Y creo que eso es todo por hoy, se me fue la musa y con ella todas mis ganas de escribir, además, el libro de matemáticas me está haciendo ojitos desde mi habitación y si pretendo entrar a alguna universidad decente, ni modo, a subir las notas.

Saludos a todos.

A N T O I N E

jueves, junio 07, 2007

Je ne te fait pas confiance

Sábado recién pasado.

- ¿Qué vamos a estudiar hoy?
- No sé, tú eres el que insiste en ayudarme con física.
- Cómo si te molestara - me mira de reojo mientras escarba entre el desorden de mi escritorio.
- Ahí no está mi cuaderno...
- Y ¿Dónde lo perdiste ahora?
- No está perdido, se lo presté a una compañera.
- Pobre, se va a llevar una gran decepción cuando vea tus apuntes.
- ¡Oye! - Lo golpeo en el brazo.
- Mish, no pensé que pegaras tan fuerte.
- Ja. Ja... entonces ¿Qué hacemos?
- No sé, no tienes nada que tenga que ver con números, para estudiar... ¿?
- No.
- Salgamos a dar una vuelta.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- Porque me voy a juntar con Javier.
- ¿Y cuál es el problema?

Levanto una ceja.

- Emm, exactamente ¿Cómo quieres que te presente? ¿"Hola Javi, mira, este es Andrés, el chico con el que me metí la otra vez"?
- Emm, así no... y no puede ser ¿"Mira, este es Andrés, el chico que me ayuda en física"?
- ¿Y cuándo me pregunte de dónde te conozco?
- Ya OK, entonces me voy...

Empieza a arreglar sus cosas, pone la mano en la puerta, se detiene por medio segundo y gira la manilla para salir.

- Andrés - Lo llamo, él se da vuelta con la mano aún en la manilla - Pero todavía no me tengo que juntar con Javier.

Andrés sonríe levemente mientras deja su bolso en el suelo, se me acerca deteniéndose a escasa distancia, luego se deja caer aparatosamente sobre mi cama. Su espalda se encuentra con mi celular y luchan por la supremacía, mi celular gana.

- Toma tu porquería... ahora me duele la espalda, mortal tu cuestión... casi muero

Me río... fuerte; en eso, mientras está en mi mano, vibra el celular, es un llamada entrante, la pantalla dice "Javi".

- ¿Aló? Amor... dígame - Por detrás Andrés hace sonidos de oveja y se arrastra, el mensaje es obvio, me dice que soy un "arrastrado" - Perdón, no te estaba poniendo atención...
- Te pregunté dónde estabas
- En mi casa... ¿por qué? - Andrés hace sonidos de besos por detrás.
- ¿En el primer piso?
- Emm, no ¿Por qué, dónde estás tú?
- Mira por la ventana - De solo pensarlo se me acelera el corazón. Me acerco a la venta y veo una mano que me saluda desde la puerta de la reja, después de la mano estaba el resto de Javier. Andrés se para a ver también y con el pie lo empujo fuera del campo de visión de mi novio.
- Bajo al tiro - Le digo al teléfono mientras corto la conversación, si Javier lo escuchó o no, no tengo la menor idea.

Miro a Andrés y él rápidamente comprende la situación

- Si quieres salgo por detrás o, no sé, me escondo.
- No, quédate acá, después que nos vayamos, sales tú y más tarde me invento una excusa para devolverme a poner la alarma.
- OK, me quedo acá entonces.

En los siguientes cinco minutos me cambio de ropa y ni me atrevo a mirar la cara de Andrés, pues fácilmente me puedo imaginar con qué cara me está mirando. Bajo al primer piso y le abro la puerta a Javier, lo hago pasar y le pido que me espere en elliving mientras me lavo los dientes y me peino. No hago más que cerrar la puerta cuando Javier me grita ya desde la escalera que va a buscar unpolerón que dejó en mi habitación la semana pasada.

Salgo corriendo del baño para hacer algo, no sé qué, porque en realidad no había nada que hacer, corro casi por no parecer relajado, corro escaleras arriba por si acasoJavi se ha tropezado y puedo tirarme sobre la puerta de mi habitación o al menos dar una señal a Andrés para que desaparezca y se teletransporte a otro lugar, lejos de aquí, corro porque no se me ocurrió antes como no parecer culpable, corro a sabiendas de que no tengo nada que hacer, pero corro igual.

Llego arriba y Javier está plantado en la puerta, apoyado en el marco mientras Andrés le sonríe nervioso desde mi cama.

Desde mi posición no puedo saber si Javier está enojado o aún no sale de su etapa de asombro. Entonces un ruido que de golpe se convierte en voz me dice:

- ¿Quién es él? - Y otra voz, que me doy cuenta es mía, le responde.
- Un amigo, me ayuda a estudiar física.
- ¿Tiene nombre tu amigo? - Javier no me mira, mientras que los ojos de Andrés saltan de Javier a mi, ida y vuelta, como si tratara de adivinar qué hacer.
- Andrés, me llamo Andrés.

Javier no me dice nada, sólo observa.

- Mejor me voy - Andrés se pone de pie, pasa por el lado de Javier, teniendo cuidado de no tocarlo y luego pasa por el lado mío y me dice en un susurro imperceptible, apenas moviendo los labios: "te llamo". No va ni por la mitad de la escalera cuando Javier se da vuelta y me agarra del cuello de la camisa y me empieza a gritar.

- ¡¿Acaso crees que soy estúpido?! Es él ¿Verdad? ¡Es él, él es el hueón con el que te metiste en la fiesta! - Trato de negar más por instinto que otra cosa. Javier me sacude - No me mientas maricón - Evito mirarle la cara y en cambio miro hacia la escalera donde Andrés nos mira boquiabierto. Me echo un poco hacia atrás y me tropiezo. Caigo. Caigo y arrastro a Javier conmigo, él no toca el suelo, pero aún me tiene del cuello de la camisa. No me suelta, sólo me mira, dice algo, pero no lo escucho.

Lo miro, su cara me asusta, tiene esa mirada que tenía antes, esa mirada de cuando su mamá se fue de la casa. Quiero abrazarlo y sostenerlo en su dolor, pero no puedo. Me suelta y baja las escaleras corriendo, haciendo caso omiso de Andrés, a quien pasa a toda prisa y ni siquiera mira por equivocación. Desde abajo, desde el primer piso, mientras yo me empujo hacia arriba y me obligo a estar de pie él me dice: "Nunca debí haber confiado entí".

"Nunca debía haber confiado en ti", esas palabras me destruyen, de ahí en adelante el mundo se enlentece, se hace lento y denso, como un manjar que ha pasado mucho tiempo en el olvido o la miel que viene recién saliendo del refrigerador, es una sustancia dulce, demasiado dulce para ser saboreada, es tan dulce que llega a ser amarga y difícil de digerir. Pestañeo rápido para evitar las lágrimas, algo está mal dentro de mi, pero no sé que es. Andrés se queda de pie, como si no pudiese creer lo que ve.

- Cierra la puerta cuando salgas - Le digo y me voy a mi habitación.

A N T O I N E

martes, mayo 29, 2007

Comment puis j'attirer ton attention?

Je rêve de cette nuit,
Je rêve de m'éveiller et de recommencer à remarquer ta silhouette avec mes doigts.
Je rêve de t'aimer,
Je rêve de que tu me permets de t'aimer,
Mais je ne suis pas pour toi, ni toi pour moi;
Il n'y a pas de destin,
Il n'y a pas d'avenir.

Le seul qui existe est le vide.
C'est un creux froid,
C'est un creux douloureux,
C'est le vide que tu m'as laissé.
C'est le seul tangible qui me reste de toi.

Il consiste en le plus près que je vais être de t'avoir
Et le plus près que je vais être de te perdre.
Il consiste en le plus près que je serai de t'aimer.
Le souvenir de cette nuit.
Le souvenir indéniable de cette promesse muette;
Un salut unique, une perte terrible,
Le souvenir ambivalent d'un avenir défait
Le 'por quoi' de rêver est contre-indiqué,
Mais je nie,
Je me refuse.
C'est que ta chaleur me manque.
Nos corps en s'emmêlant dans l'aube me manquent
Je regrette me couler chez ton essence,
Me perdre dans ton attraction.
Rêver de t'avoir me manque,
Parce que maintenant que je t'ai eu,
Je ne peux rêver rien de plus que à arrêter de te perdre.

A N T O I N E

jueves, mayo 24, 2007

Une lumière en el camino

Ayer. Javier y yo en su casa.

- Muriel me invitó a una fiesta este fin de semana
- ¿Vas a ir? (Tratando de no sonar muy pesado).
- No.
- Ah...
- ¿No me vas a preguntar porqué?
- No, ya estás grande como para andar justificando todas tus acciones a tus mayores.
- Tú no eres mayor que yo (cojinazo).
- ¡Hey! Con suavidad, viste que ando sensible hoy día.
- Idiota...

Después de mucho pegarnos (en juego) y perseguirnos por la casa terminamos justo donde comenzamos, exhaustos.

- ¡Oye!
- ¿Qué?
- ¿Cuántas veces te he dicho que no fumes dentro de la casa?
- Ah verdad... (me pongo de pie y sacó la mitad de mi cuerpo por la ventana) ¿Javier?
- Dime.

Está de espaldas a mi, revisando algo en el computador

- ¿Por qué no vas a ir a lo de Muriel?

Se da vuelta, me sonríe y sigue en lo suyo

- Porque te quiero a ti y no a ella...
- ¿De verdad me quieres?
- No, te amo.

A N T O I N E

lunes, mayo 21, 2007

Epifanías melancólicas

Sábado recién pasado, por la tarde.

Estaba frustradísimo tratando de estudiar Física, tengo un examen monstruoso para el que ciertamente no estaba ni estoy preparado. En eso, cuando las pendientes, la fuerza roce y las elipses dejaron de tener sentido en mi cabeza, sonó mi celular. No era un numero conocido, pero decidí contestar igual.

- ¿Aló?
- Hola ¿Antuán?
- Sí, con él... (ya me cansé de corregir a la gente cuando pronuncia mal mi nombre o mi apellido)
- Hola, tal vez no te acuerdas de mí, soy Andrés
- ¿Andrés?
- En la fiesta de la casa de Leandro ¿Te acuerdas?
- ¡Ah! Sí... sí me acuerdo (era chico X)

Hubo un breve silencio incómodo y como él no hablaba decidí hablar yo.

- Disculpa, pero... ¿De dónde sacaste este número? ¿Quién te lo dió?
- Emm, Leandro se lo consiguió... pero si te estoy molestando no te preocupes, no te llamo más...
- No, no es eso, yo... igual necesitaba un descanso, la Física me está matando.
- Ah... ¿Física? ¿Qué estás pasando?
- Nada interesante, es que tengo que estudiar para un ensayo de PSU y además para una prueba, así que estoy medio loco con esto.
- ¿PSU? ¿Tú vas al colegio, yo pensaba que...?
- Sí, si sé que soy medio mayorcito para estar en el colegio ¿OK?
- Vale, no lo decía en mala... mira, te llamaba para preguntarte si querías salir a dar una vuelta o algo, pero te veo medio ocupado.
- Sí, tareas y estudio, si tan sólo tuviera alguien que me enseñara sería más fácil, pero la persona que por lo general me ayuda estaba ocupada... (Tengo un par de flashes de Javier sentando en una sala de CineMark con Muriel, sacudo mi cabeza un poco para dejar de pensar estupideces y me pillo rompiendo lo que queda de basta de mis pantalones).
- Ah... mmm... te propongo un trato, yo te enseño si tú sales conmigo a dar una vuelta después.
- Emm... ya, dale ¿Dónde?
- Si me das tu dirección te paso a buscar. Eres de Viña ¿no?
- Sí.

Acto seguido le explico como llegar a mi casa y él me avisa que va a llegar como en 20 minutos.

En esos 20 minutos doy vuelta mi habitación en busca de ropa limpia para terminar con los mismo jeans desgastados de siempre, el único cambio fue de polera y agregar una camisa manga larga, que por cierto era un cambio que venía necesitando, sólo Zeus sabe desde cuando no me cambiaba esa polera, sin embargo, estos detalles no vienen al caso. Después de lavarme los dientes y hacer el intento de peinarme, parto a la habitación de mi señora madre a contarle que va a venir un amigo a ayudarme con unas tareas. Ella me da una mirada suspicaz y ojea mi repentino cambio de vestuario, pero se queda callada.

Cuando chico X llega (que ahora todos saben se llama Andrés, pero le seguiré diciendo chico X), me pincha el cel y yo salgo a abrirle la puerta. Viene con un bolso destartalado en la mano y las llaves del auto en la otra. Lo hago pasar y le digo que me espere mientras voy a buscar a mi mamá.

Mando a mi vieja al Living mientras pateo mi desorden bajo la cama y luego, desde el segundo piso, le grito para que suba a mi habitación. Despejo un poco el escritorio y saco una silla de la oficina de mi mamá, con mi mano libre le hago señas para que pase a mi habitación y él, sin más, entra y se sienta en mi cama.

- Te invité a pasar, no a mi cama.

El muy idiota se sonríe, aunque, para ser francos, yo también me hubiese sonreído si alguien me dice eso.

- Entonces ¿Qué tenemos que estudiar?

Le muestro el alto de papeles que son mis guías y mis intentos fallidos de desarrollar los ejercicios, me pregunta si tengo algún texto o la materia, para suerte de ambos, últimamente he sido un muy buen alumno, así que tengo toda la materia en mi cuaderno, al cabo de una hora y media ya he entendido el 75% de lo que debía entender, sin embargo, estamos cansados, él está cansado de explicarme lo mismo una y otra vez y yo estoy cansado de pensar y tirar tantas líneas imaginarias en los lugares más recónditos del espacio.

- ¿Te parece que sigamos después? Estoy chato, enseñar no es mi fuerte.
- ¿En serio? Pero si íbamos tan bien... ¡Nah! Estaba esperando que tú dijeras que paráramos, yo tampoco doy más con esto.
- Entonces salgamos ahora.
- OK ¿Adónde vamos?
- ¿Adónde quieres ir?
- No sé, creo que cualquier parte mientras no sea el mall ni el shopping (“porque no me quiero encontrar con Javier” me faltó agregar).
- Bueno… a ver, si tienes hambre te invito a comer pizza ¿te tinca?
- Vamos, déjame ir a buscar plata.
- ¡No! “Te invito” eso quiere decir que yo pago.
- OK, voy a hablar con mi vieja, te aviso para que pases a despedirte

Fui donde mi vieja y le avisé que iba a salir y que Andrés ya se iba, ella me volvió a dar una de sus miradas suspicaces y me preguntó si no iba a salir con Javier en la noche, le dije que no sabía, que Javier estaba desaparecido, pero que si llamaba a la casa que me llamara al celular, mi vieja dejó de lado su novela de Daniele Steele y se paró para ir a despedirse de Andrés, o tal vez se apresuró tanto para asegurarse de que no se estuviese poniendo la ropa mientras yo ganaba tiempo, a veces es difícil saber a ciencia cierta estas cosas con mi señora madre.

Ya en el local de Pizza Hut hablamos muchas tonteras con chico X, resulta que él está en primero de plan común en la Santa María, una universidad de casi puros ingenieros que está en Valparaíso, de ahí que supiera tanta matemática y física. No es de acá, viene de Santiago y no quiso quedarse en el campus Santiago de la UTFSM porque quería salir del smog, tiene un departamento en algún norte de viña con algún oriente (por respeto a su privacidad no revelaré dónde exactamente) y vive con un amigo.

La verdad es que la pasé bien y necesitaba con mucha urgencia divertirme, todo este asunto de Javier y Muriel me tiene medio podrido y hace que me cueste concentrarme en clases y todas esas cosas que se supone no te deberían pasar, pero te pasan cuando estás enamorado… sí, dije enamorado, no lo puedo seguir negando, ni a mi mismo ni al resto, es la verdad, si no, cómo explicar que lo que pasa con Javier me afecte tanto, esto ya no es una cosa de orgullo y francamente me molesta un poco saberlo y reconocerlo, me molesta porque nunca me ha gustado apegarme a la gente, sin importar quien sea, por lo general terminan dejándome de lado sin importarles mis sentimientos ni mi persona.

- ¿Estás bien? – Me pregunta chico X
- Sí ¿Por qué?
- Nada, que de pronto te pusiste pálido… - Me toca la mejilla con ternura – Seguro que estás bien, si quieres te puedo llevar a tu casa o podemos ir a otro lado – Me sonríe
- No, estoy bien, después que termine de comer podríamos ir a dar una vuelta al muelle Vergara ¿te parece?
- Me parece.

¿Pálido? No sé si en verdad me puse pálido o él estaba inventando, pero lo más probable es que así haya sido, mientras estábamos ahí, rodeados de gente a la que no le importaba que fuésemos dos chicos comiendo juntos, no podía dejar de pensar en Javier y en como me hubiese gustado estar allí con él, pero me parecía algo imposible después de ese estúpido trato que hicimos y aún sin el trato, cómo salir con Javier a un lugar público y esperar que él la pasara bien… imposible, simplemente imposible, entonces qué, terminar con él… otra imposibilidad más, cuando lo que yo quiero es poder estar con él en una situación en la que los dos nos sintamos bien y que ninguno tenga que sacrificar tanto de sí para que el otro esté bien.

Como habíamos acordado, después de comer fuimos a caminar por el muelle Vergara, que estaba mucho menos concurrido de lo habitual, probablemente la hora, pues ya era tarde y oscurecía, o bien, las bajas temperaturas. Cuando llegamos al final del paseo custodiado por los puestos de artesanía, pasó lo que yo veía venir de hace rato. Chico X trató de besarme.

- No.
- Ah, perdón, yo creí que…
- Si sé lo que creíste, pero no.
- Pucha, es que la pasamos tan bien la vez pasada que pensé que ahora podríamos terminar lo que comenzamos….
- No soy una persona que llamas por teléfono cuando estás caliente, te encamas con ella y te vas… además, yo ya tengo novio y no estoy dispuesto a hacerle esto de nuevo.
- ¿De nuevo?
- Olvida que dije eso…
- O sea que aquella vez que nosotros…
- Sí, yo ya tenía novio aquella vez.
- ¿Quién?
- Se llama Javier… no sé si lo conoces, no creo.
- No, creo que no, wait ¿No era el que estaba medio pasadito cantando con una mina rubia?
- Sí, el mismo.
- ¿Él es tu novio?
- Sí ¿Algún problema?
- No, ninguno – se ríe, deja de reírse y me mira, pero de verdad me mira, me lee la mente, el corazón (que no tengo), el alma (que enterramos en el jardín trasero años atrás), me lee como si fuera un libro abierto – te pusiste pálido de nuevo.
- Debe ser el frío.
- Ajá – un dejo de ironía – Sí o puede ser que…
- No lo digas… sé lo que vas a decir, así que por favor no lo digas.
- ¿Tanto lo quieres?
- Sí.
- Ven, te llevo a tu casa.
- OK.

Apenas me bajo del auto chico X me dice: “El próximo sábado a la misma hora, te mando por mail lo que nos faltó de hoy día de Física y cualquier duda me puedes llamar al cel, para ti estoy disponible a toda hora”.

Le hago una señal con la cabeza que se supone debe significar “gracias” y él me lo entiende de esa manera. Se va y yo saco las llaves junto con mi celular que está vibrando pues ha llegado un mensaje.

«Aburrida la película. Voy para tu casa y llevo algo para comer? Te tinca? Javier.»

Marco la opción de “llamar” y me disculpo con él, le digo que al día siguiente a primera hora le iré a ver a su casa con desayuno en mano, pero que hoy estoy un poco mal, medio enfermo. Me dice que me tome un paracetamol o algo, puede que me esté resfriando, “sí, puede ser” le respondo “chao, amor, nos vemos mañana” me responde él. Cuelgo y me meto así, con ropa y con zapatos, a mi cama, en aquel momento y por las siguientes 8 horas al menos, ya no quiero saber del mundo.

A N T O I N E

lunes, mayo 07, 2007

Diálogos matutinos

Hablé con Javier. Demás está decir que no fue una conversación muy grata, pero al menos hablé con él.

Ayer, en un café del centro, lo invité a tomarse un helado, obvio que no tomamos helado porque hacía frío, pero sí me aceptó un café. Abrí la conversación con la siguiente pregunta: ¿Te asusta ser maricón? De ahí en adelante todo fue en picada, una caída libre de miles de metros, las nubes tan densas que me parecía algo imposible dar con el suelo.

Después de mucho meditar en la soledad de mi habitación, con mi mamá que pasaba cada dos minutos a pedirme que saliera a fumar al patio, me di cuenta de que lo que hizo Javier no tenía nada que ver con si me quería o no. Javier no es como yo, a él le importa lo que piense la gente de él. Después de una semana de estrujarme los sesos llegué a esa posible explicación. Tenía que saber si era así.

¿Te asusta ser maricón? Javier se limitó a mirar para otro lado y disimular que esta conversación, en aquel lugar, le daba vergüenza.

-Te lo pregunto- seguí -porque es la única explicación coherente con la que pude dar para que tú, el niño bueno, el que nunca miente, se haya metido con Muriel- un dejo de celos y dolor en mi voz, lo admito.

Javier me miró de reojo y me sacó un cigarro de la cajetilla, lo golpeó contra la mesa por el lado del filtro y se lo llevó a la boca, tomó el encendedor y me lanzó una muy breve mirada.

-¿Y a ti quién te contó? ¿Te lo dijo ella?
-No, te vi en la pieza con ella.

La mesera apareció con nuestros cafés en una bandeja reluciente, recuerdo bien eso pues no quería mirarla a los ojos, ni mirar a Javier, ninguna parte de él. Dentro de mi toda la pena que había sentido aquel día se estaba volviendo a reactivar y poco a poco se convertía en rabia, rabia expresada en unas casi incontenibles ganas de llorar. La muchacha, con su gracioso delantal negro, se fue sin que Javier ni yo le dieramos las gracias.

-Perdón- me dijo casi en un susurro, sin mirarme, con la cara vuelta hacia la calle, falsamente concentrado en un perro que ladraba a un árbol.
-No me pidas perdón, yo no soy mejor que tú...- Vi como una lágrima diminuta se asomó al pestañear, otro objeto brillante que ahora no puedo olvidar- ... después de que te vi me fui con un chico... tú me llamaste y yo estaba con él, por eso no contesté... yo...
-No quiero saber

Por supuesto que no quiere saber, yo tampoco quería saber, pero lo supe, lo vi, lo presencié y como a él le duele, a mi me dolió.

-Soy impulsivo, a veces no lo puedo evitar ¿Me perdonas?
-No tengo nada que perdonar...- Lanzó una densa bocanada de humo hacia el ventanal y tomó un poco de café.

Pasamos un par de segundos en silencio, momento que aproveché para tomar un poco de mi café.

-¿Javier?- hizo un sonido que pretendía indicar que podía seguir con mi pregunta -¿Tú, me quieres?- Silencio, un silencio casi sepulcral, interrumpido única y exclusivamente por la música de fondo, una melodía melancólica de piano -Te pregunto porque no puedo entender por qué cresta hiciste lo que hiciste, y ahora, que te enfrento y te lo digo, te comportas como si sintieras algo por mi, pero no te entiendo, no entiendo qué pasa ¿Estás conmigo o no estás conmigo? ¿Eres mi pareja o qué?
-¿Podemos salir de acá?- Esa fue su única respuesta.

Pagué el consumo, dejé una humilde propina y salí detrás de Javier. Le ofrecí un cigarro y al encender el mío tomé el encendedor en conjunto con su mano. Me miró casi mortificado y se apuró en alejarse y hacerse el desentendido.

-Eso es ¿verdad? Tengo razón... te asusta ser maricón.
-Puede ser...

Caminamos otras tantas caudras sin hablarnos. Doblamos por un poniente y fuimos a dar una ciclovía. Todo el rato yo iba pensando, tratando de poner en orden mis ideas, sientiéndome mal, sintiéndome mierda.

-¿Y por qué cresta no me lo dices? ¡¿Qué acaso soy adivino yo?!
-Es que Antoine entiende, yo no soy como tú, yo no soy capaz de hacer lo que se me antoje y que me importe una mierda lo que piense el resto, no puedo, simplemente no puedo... yo no puedo tomarte de la mano y quedarme tranquilo, ni besarte en público y seguir como si nada... tú no entiendes lo terrible que es ser maricón en este mundo.
-Sí Javier, sí lo sé, o tengo que recordarte todas las veces que me han amenazado por tener tendencias homosexuales, o las veces que me han pegado por eso, o cuantas veces me han rechazado cursos enteros por lo mismo... Tú conoces mi historia Javier, así que no hagas como que no te puedo entender... no eres él único que tiene el mismo problema... y aún siendo así.. ¿Por qué te metiste con ella? ¿Ah? ¿Acaso necesitabas probarte que podías? ¿Qué eres bien machito para tus cosas? ¿Ah? Que todavía se te para con las minas... ¿No, es eso?

Ese fue el punto de quiebre, Javier se quebró, como una ramita seca que simplemente no aguanta más presión se quebró. Lloró y lloró. Tanto que me dejó empapada la camisa y de paso yo solté mis lágrimas por ahí también.

Al final llegamos a un acuerdo, no sé si mutuo, pero acuerdo al fin y al cabo. Una idea que dije al aire por decirla y que terminé aceptando porque quiero demaisado a Javier como para haberle dicho que no, es una idea que al menos nos permite seguir juntos sin que Javier tenga que comprometer tanto de su parte.

Y he aquí la maldita idea. Javier va a seguir "viendo" a Muriel, va a salir con ella u otras chicas, va a seguir haciendo su vida de heterosexual como si nada y yo seguiré siendo su amigo, al menos para el resto, ya veremos como funciona aquello y si no funciona, si esto no tiene arreglo, pues nada, se acabó, así de simple, así de frío, así de terrible, se acabó.

A N T O I N E

lunes, abril 30, 2007

Confundido

Hoy desperté desorientado y un poco adolorido. No tuve clases.

Bajo al living y me encuentro a mi señora progenitora gritando por teléfono, al poco rato cuelga y lanza un "Putain!" al aire. Me hago a un lado y la evito a toda costa para poder llegar a la cocina en una pieza.

Tengo un vaso de leche en la mano y un croissant añejo en la otra, mi vieja se aparece detrás mío como un fantasma devorador de almas y me dice, tratando de controlar su enojo con alguien más, que Javier me llamó por la mañana. Me pregunta si estamos peleados, le respondo que sí y el teléfono suena.

Mientras mi vieja habla con no-sé-quién, me pregunto que fue de su pretendiente, mi profesor tutor, que por cierto este año ya no lo es, hago memoria, pero no logro siquiera retener su nombre, pues mi cabeza está totalmente destruida por el Huracán Javier.

Escucho a ma mère maldecir al cielo desde la cocina, adónde se llevó el inalámbrico para que yo no escuchara su conversación, la verdad es que tampoco me importa.

Me imagino qué le puedo decir a Javier, trato de sacar palabras, pero sólo termino enrabiándome y yéndome a mi habitación. No sé qué me duele más, si lo que hizo él o lo que hice yo.

Tomo un lápiz del escritorio y escribo bien grande en la portada de mi agenda del colegio "Pédé de merde". Me tiro sobre mi cama desordenada y miro el techo. Desde el principio supe que no había forma de que esto terminara bien.

A N T O I N E

domingo, abril 29, 2007

Nancy boy

2:00 AM Sábado

En la casa del amigo de un amigo, apoyado en la chimenea, un chico X se me acerca.

-¿Estás drogado?- Su pregunta me descoloca un poco, levanto una ceja y me quedo mirándole con cara de pocos amigos. -Perdón... no pensé que te iba a ofender.
-Ajá- Le quito la vista de encima y me fijo en el espectáculo que está haciendo Javier con Muriel; están haciendo una canción de amor a dúo ¿Celoso? Un poco.
-Entonces... Tú eres francés ¿no?- me mira a los ojos. Trato de adivinar lo que pretende, pero no puedo.
-Sí
-¿En serio? Creía que alguien lo había inventado para explicar porque eres tan amanerado- Lo miro de reojo con un poco de enojo, que en realidad es mi manera de decir que eso me causó gracia, este tipo claramente está inventando.
-Te puedo hacer un pregunta ¿verdad?- Asiente con la cabeza- ¿Me estai tirando los corridos?- Me quita la vista y se sonríe.

Aprovecho el intermedio para buscar con la mirada a Javier. Lo diviso subiendo la escalera, seguido de cerca por Muriel ¿Celoso? Mucho.

El chico X me mira nuevamente.

-Entonces...- le digo -¿Qué pretendes conmigo?
-Pasarla bien.... -Dejo mi vaso encima de la repisa de la chimenea y me alejo un poco de el chico X.
-Buena suerte con eso.

Pasó por detrás del sillón donde una pareja se está besando mientras que en la alfombra están jugando cacho, corto camino por la cocina y llego al patio. Prendo un cigarro. Chico X no me sigue, miro hacia arriba y diviso movimiento en la pieza del dueño de casa. Ocupo la escalera que da a la habitación de sus hermanos y llego al segundo piso, apago el cigarro por la parte de afuera de la baranda y lo tiro hacia la fría oscuridad que me rodea, corro el ventanal y entro a la casa nuevamente.

Adentro está agradable, hay estufas prendidas en el primer y en el segundo piso, el frío de afuera es casi insostenible. Doblo a la izquierda, avanzo un par de puertas y entro sin golpear a la habitación donde vi luz antes, la puerta estaba entre abierta.

Ahí están Muriel y Javier, tocándose, besándose, engañándome. Me doy media vuelta y ubico al chico X, todavía en el Living, tratando de tocar guitarra, un chica le pone la mano en las cuerdas y le ayuda a tomar la postura. Ella se ríe de su incompetencia. Chico X también se rie y dice que se sabe una canción, empiza a rasguear las cuerdas cuando suena el celular de ella; se disculpa y se aleja un poco para arrancar de la creciente bulla, el dueño de casa y su polola están poniendo música en el estéreo a un volumen nada agradable.

Chico X me mira, yo lo miro, nos miramos. Deja la guitarra en el suelo y se pone de pie, me escudriña con la mirada, me desviste con sus enormes ojos. Le hago una seña para que me siga y después de recoger una botella de vodka del bar, nos encerramos en el baño de la pieza de invitados.

20 o 30 minutos después mi celular vibra en mi bolsillo derecho, chico X también lo siente y me mira con cara inquisitiva.

-¿Vas a responder?
-No es nadie importante- le respondo, a sabiendas de que el visor de la pantalla dice "Javi".

Acto seguido él desliza su mano por dentro de mis bóxers y me olvido total y completamente de lo que estoy haciendo, sólo me dejo llevar.

A N T O I N E

domingo, abril 22, 2007

Dans la lumière froide du matin

Estoy loco, me estoy volviendo loco, pero no de estrés, si no que de celos.

Resulta que a Javier le gusta Muriel, que es la niña que viene de Inglaterra y le caigo mal de presencia, bueno ya no tanto, la mina es bien dulce y "livianita de sangre", pero aún así no nos llevamos mucho y qué como sé que le gusta, porque no soy ciego ni tonto.

No sé que hacer con eso, de hecho tuvimos una discusión bien tonta y desde ese momento que no nos hablamos, como hace 3 días.

Le pregunté si me iba a acompañar a buscar unos libros y él me dijo que no porque iba a estudiar con Muriel, le dije que se podía ir a donde quisiera con su "amiguita" y luego nos mandámos a la cresta mutuamente.

Se supone que tenemos que entregar un trabajo para mañana en Historia, pero no creo que él lo haya hecho y lo que yo alcancé a hacer no da ni para un 2.0, me da más lata por su nota que por la mía. Más encima puede que me cambien de colegio, mi mamá no está muy segura de eso aún, es que está enojada conmigo porque hace poco me pidió explícitamente que no invitara a Javier cuando ella no estuviera y un día que llegó más temprano porque no tuvo reunión nos pilló durmiendo en el sofá del living con la tele prendida. No me dijo nada mientras él estaba allí, Javier inventó una excusa y se fue, y yo, por el contrario me quedé esperándo el reto y acá estoy, todavía esperando, no me ha retado, pero sí me ha arrugado el ceño desde la semana pasada ya, ahora no importa cuantas cremas anti-arrugas se eche, esa no se le va a borrar nunca.

Y sobre todo eso de Muriel, ya no es una pelirroja del infierno, ahora es una rubia del infierno y por Zeus que la debilidad de Javier (como la mía) son las rubias.

A N T O I N E

miércoles, marzo 21, 2007

Paper bags?

Tenía tan botado este espacio que apenas y recordaba que existía.

Vamos directo al grano. Todo mal en el colegio, estamos tapadísimos de pruebas y controles y exámenes, aparte que muchos (gracias a el gran arquitecto que NO todos), nos molestan a Javier y a mi, porque creen que hay "onda", lo que no saben es que hay algo mucho más fuerte que la "onda", que en realidad hay sentimientos, besos y abrazos. Con Javier decidimos que no le íbamos a contar a nadie, ni siquiera a Pablo o Andre, que por cierto están total y completamente reintegrados a sus actividades normales. Lo que pasa es que con Javier queremos vivir nuestra relación desde lo íntimo hacia fuera, no al revés y bueno, también porque en este lugar no son muy abiertos de mente que digamos así que me gustaría evitar las golpizas a toda costa.

Hoy tuvimos educación física y el entrenador me hizo morir, hacia tiempo que no tenía un ataque de asma, pero creo que se debe más a mis vicios que a mi estado físico, o más bien, a mi estado físico por culpa de mis vicios. Hicimos el test de Cooper y duré como 8 minutos, tuve que parar porque sentía una gran opresión en mi pecho y el aire no entraba, al entrenador no le gustó eso mucho que digamos, y es que yo soy más bien un debilucho, o, tal vez, eso es lo que yo quiero que el resto crea... no, en verdad no tengo mucha resistencia que digamos, soy ágil, pero por favor no me manden a correr 5 kms y mucho menos al sol, lo más probable es que tenga un paro respiratorio a los 500 mts, las cajetillas y cajetillas del verano me están pasando la cuenta, bueno, eso y el abuso de sustancias, que por cierto estoy dejando, pero de verdad, dejando en serio... ahora lo veo total y completamente estúpido, sin mencionar que innecesario, prefiero mil veces que Javier sea mi droga. Por lo mismo, Javier cree que lo mío en ED. Physique fue más un ataque de ansiedad que otra cosa, él se lo atribuye al nerviosismo, también puede ser, no niego que sea una posibilidad, a lo que me niego es a aceptarla como una realidad.

Tenemos compañera nueva, bueno, no tan nueva, los otros chicos que están de antes que yo, ya la conocían, ella era de este colegio antes y se fue y ahora volvió, un rollo con el papá que lo han transferido "n" veces (ojo que ese "n" se refiere al conjunto matemático, que por fin lo entiendo), así que ahora llegó desde Inglaterra, y apenas se enteró de yo era Francés me arrugó la respingada nariz que adorna su estúpida cara, definitivamente pasó demasiado tiempo entre ingleses, los franceses no somos tan maleducados e idiotas como parecemos, lo de hediondos se los concedo, y es que yo me crié entre chilenos, es decir, latinoamericanos que se duchan todos los días y algunos hasta más de una vez en el día, allá no suele ocurrir eso, es cosa de ir a las horas "peak" del metro, pasear por Paris puede ser una experiencia maravillosa u horrorosa, todo depende de la hora y cuanta gente había en el metro.

Me acabo de dar cuenta de que nunca antes había hablado de eso. Sí, soy mitad Francés y mitad Chileno, y también tengo ascendencia yankee por una rama lejana de la familia, pero todos intentamos obviar esa parte y hacernos los que no sabemos nada. Me parece que un tatarabuelo era 25% chino también, pero ahí ya podría estar mintiendo, eso no lo tengo muy claro. Y eso, los veranos, por lo general, voy a visitar a mis abuelos a Francia, a una zona rural y muy fría, crecí principalmente en Chile, así que por eso mi francés es como bien mal articulado, no sé porqué, pero mis padres nunca me hablaron en francés, no así mis abuelos, que si bien me hablaban entre inglés y castellano, de vez en cuando me metían un poco de "franchute" como dicen por acá. ¿Que por qué inglés? Es que mis padres si bien no me hablaban en una de la que debería ser mi lengua madre, sí estaban obsesionados con que aprendiera Inglés, a Dios doy gracias de que en ese tiempo no estaba de moda el chino mandarín, porque entonces no les podría asegurar que ahora no estuviese escribiendo esto desde un instituto para personas con atraso de lenguaje. Si tan solo pudiera poner en palabras lo confundido que estaba con esto de los idiomas hasta como los 4 años, creo que no hablé más de 3 lineas en un solo idioma como hasta los 6 años, por lo general me decían "drink your leche, fermez la puerta, bonne nuit my love". Así ¿cuándo iba a aprender?. Pero eso ya pasó, y ya me puedo comunicar relativamente bien en un sólo idioma, aunque a veces igual lamento no saber mejor el francés, especialmente porque es el idioma del amor y a Javier le encanta cuando me escucha hablar, dice que el acento es sexy, yo digo que es demasiado nasal, pero a él eso no le importa, solamente se limita a mirarme lascivamente y morderse los labios.

A N T O I N E

viernes, marzo 02, 2007

Toi

Quería decirte que eres la mejor parte de mi, que lo único decente de mi persona eres tú, que si no fuera por ti nunca habría entendido lo que es el cariño ni lo que se siente cuando se hiere al ser querido; ahora que lo sé no puedo esperar a saber como se sentirá el amor.

Volví. Te llamé varias veces desde el aeropuerto, me quería encontrar contigo en Santiago para que fueramos a dar vueltas, para que estuvieses seguro de que nadie conocido te iba a ver conmigo, pero no estabas, me fui a tu casa, pero tampoco estabas, di vueltas por ahí tratando de encontrarte, pero no estabas, sólo existías en mi imaginación, me fui a mi casa pensando en ti, me tiré en mi cama imaginando que el calor que mi cuerpo generaba con las frazadas era en realidad el calor que tú me dabas, y así, deseando abrazarte, me dormí.

En mis sueños te perseguí hasta caer en la obsesión y cuando por fin te encontré te besé hasta la sombra, agazapados bajo las escaleras te abrazé y te dije lo que no pude cuando estaba despierto, te abracé tan fuerte que al poco rato nos convertimos sólo en uno y cuando miraba al cielo te veía a ti, a ti y a mi, finalmente desperté aliviado, porque el calor que sentía en verdad eras tú.

A N T O I N E

domingo, enero 14, 2007

Volví =)

Ayer me trataron de reprimido sexual, me dijeron que era un homosexual encubierto, un pobre gay en piel de hetero ¿Es tan difícil aceptar el hecho de que mi sexualidad me importa a mi y a nadie más que a mi? Como mucho le importa también a mi pareja y sería. Yo escojo no definirme como homosexual ni como heterosexual, porque no soy lo uno ni lo otro; es cierto que tiendo a caer más en relaciones homosexuales que de las otras, pero no por eso soy un gay al 100%, es más, quien se declare 100% gay o hetero es el verdadero enfermo. No, tampoco soy bisexual, yo sólo soy. Hay días en los que las mujeres y sus cabellos eternamente perfumados no sólo me llaman la atención, me excitan hasta más no poder y otros días en que no, en que los niños con su virilidad brotándoles por los poros son mi centro de movimiento y punto de ebullición, otras veces, probablemente las más, no me importa los unos ni los otros; los veo, a ambos géneros, como un signo de estética andante, los veo como un adorno en la mesita de centro, como un cuadro colgando en el Louvre; despiertan muchas ideas y sensaciones, pero ninguna es carnal.

Así que no, no me considero un reprimido sexual por vivir mi sexualidad como me plazca. Si quieren llamarme imbécil, bastardo o algún otro improperio que tenga que ver con mi procedencia o la idiotez que me marca, sí, entonces tienen razón, porque si bien mi sexualidad no está reprimida, la que sí está reprimida es mi habilidad de relacionarme con la gente, soy un "maricón" porque uso a la gente a mi conveniencia y luego dependiendo del caso, me arrepiento de ello, pero eso no me hace un degenerado (sexualmente hablando) ni un reprimido. Ciertamente me hace una persona atormentada, pero nada que ver con mi ámbito sexual.

No sé porqué me duele tanto que se metan con mi sexualidad o que me miren como si fuera la escoria del mundo cuando me paseo por una playa de la mano de Javier, tal vez sea porque vengo de una familia donde ser "frutita" es normal, aceptable y nada del otro mundo, tal vez sea porque cuando atravieso el atlántico para visitar a los abuelos, las calles rebosen de parejas de distintos colores y géneros, sin que nadie se escandalice por ello. Supongo que lo único que quiero es irme de aquí.

Cambiando de tema. A casi dos semanas de mi última entrada, debo decir que me siento mucho mejor, que por primera vez en la vida actué como una persona normal lo haría y le conté todo a Javier, nos pasamos la tarde hablando y después que él hubo superado su ataque de celos en el que casi me saca un ojo, nos quedamos dormidos en su cama y alguien tuvo la amabilidad de echarnos un chal encima. Pasamos el año nuevo separados y yo ni siquiera me fui de parranda, me acosté tempranito para así dormir harto y poder estar fresquito en la puerta de Javier el 1 de Enero.

Aparte de todo lo bien que lo estoy pasando con Javi, salí con Karen el otro día y tuvimos una pequeña discusión que nunca terminé de entender de qué se trataba y mientras todo eso sucedía me encontré con la pelirroja del infierno. Nos cruzamos miradas, nos pasamos casi rozando los hombros, pero no nos dijimos nada. Fue extraño.

Y ahora, si me disculpan, voy a ir a almorzar, porque me muero de hambre.

A N T O I N E