domingo, julio 09, 2006

Leitmotiv

Mi mente suele volver al pasado en busca de respuestas para el futuro y me encuentro, por lo general, con más problemas que soluciones, es una estupidez seguir haciéndolo si sé de antemano que no me va a servir, pero es que soy masoquista algunas veces.

Hablando con Andrea, sí, hablando con ella, no gritando, ni discutiendo, ni mirándonos en menos, de hecho hablando; me di cuenta de lo inútil que soy, para todos, me incluyo. Me han dado ganas de tirar todas mis promesas por la borda y la escuela y los amigos... lo he hecho, salí de casa por dos horas y volví, total y completamente mal, un desastre. Mi madre me ha visto y ha quedado congelada en su lugar, yo apenas podía caminar, me tropezaba con todo y las ideas me rebotaban en los oídos. Lo siguiente que supe es que una enfermera miserable me ascultaba y anotaba mis datos en un papel y luego el doctor con brusquedad me revisaba las pupilas y preparaba una inyección, la luz era demasiado brillante y me dolía todo, traté de llevarme las manos a la cara pues algo tenía allí que me molestaba y con horror he comprobado que eran tubos en mi nariz, después de la lucha que di para salir de la camilla me han amarrado manos y pies a la baranda, la luz se me apagó y lo siguiente que se es que, a los pies de una pieza deprimente, está mi madre con cara grave y los brazos cruzados, me dijo algo que no pude entender y salió de la habitación, una de mis manos seguí amarrada a la baranda y yo lloraba, no sé por qué, pero lloraba.

Me dieron de alta ayer por la tarde. Javier de alguna manera se enteró y me ha venido a visitar, se fue hace poco. Cuando abrí la puerta me dieron ganas de patearme, la cara que tenía era horrible. Me miró de pies a cabeza como convenciéndose de que estaba entero, posó su mano en mi hombro y me miró a los ojos con tal ternura que me pateé mentalmente una vez más por mi estupidez, mi mamá lo invitó a pasar y se quedó a tomar once, no hablamos mucho, los dos estábamos bien extraños, se entiende por lo demás. Pero mientras estábamos inmóviles e incómodos yo pensaba en todo el daño que le he hecho a él sólo porque podía y todo lo mal que me he sentido por su causa. Antes de irse me dijo que me quería mucho y que por favor me cuidara, si no lo hacía por mi, que al menos lo hiciera por él. Pateadura mental una vez más.

A veces creo que las únicas personas que se quedan en mi corazón son las que me hacen sufrir, sólo espero que en el corazón de Javier me quede por otras razones.

A N T O I N E

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