jueves, julio 06, 2006

Rayos

Esto del html no es tan complicado como creía en un principio, aunque es probablemente más fácil modificarlo que programarlo ¿o me equivoco? Ahora se ve más vivo y no duelen los ojos con el contraste, el orgullo me brota por los poros. Eso sí, ha quedado muy verde, tal vez demasiado y esa estúpida barra de blogger no combina para nada, más adelante veré que puedo hacer, por el momento he terminado.

Hoy estuve leyendo cosillas sobre mitología griega, nunca en mi vida me ha atraído la historia de nada ni de nadie, a excepción de la propia y de los que quiero (valga decir "cariño"), sin embargo hoy me regocijé en las vidas de verdaderos Dioses (qué blasfemo de mi parte). Digo verdaderos pues eran tan humanos y poderosos que dan ganas de admirarlos, no como estos especímenes perfectos y eternamente bondadosos que nos presentan las religiones más tradicionales. Hasta el momento mi favorito es Aquiles, no sé porqué, sólo lo es. Qué noño de mi parte, bueno así soy.

Me hubiera gustado formar parte de alguna de esas batallas en las que participaban las deidades, haber visto como Héctor defendía Troya o haber estado presente cuando Apolo guiaba la flecha maldita al talón de Aquiles. Pero mejor sigo soñando, que al fin y al cabo, es todo lo que hago.

Cambiando drásticamente de tema y aterrizando a la realidad, ayer tuve prueba de Física y me fue horrible, me gané otra reprimenda de Javier y ¡ah! sí, Javier y yo ya estamos hablando, después de que desapareciera misteriosamente y sin dejar rastros, apareció y me invitó a tomar un café al centro, al principio fue raro pues él no hablaba y yo tampoco, entonces como alguien tenía que decir algo hice lo que mejor hago, aparte de soñar; me humillé un poco. Con el dedo saqué un poco de crema de mi ¿expresso? sí, lo acepto, no sé nada de cafés. Saqué crema y me la puse en el labio superior. "¿Crees que me debería afeitar el bigote o simplemente conseguir uno más dulce?".

"La ridiculez no tiene límites para ti ¿verdad?" Me respondió él al tiempo que apuntaba hacia las servilletas.

Y aquí viene la parte en la que me humillo un poco "¿Ridiculez? ¡Por favor! Yo creo que me veo sexy", dije, al tiempo que la mesera pasaba a chequear que no nos faltara nada, me miró como de reojo y se aguantó la risa, me apresuré a limpiarme el endemoniado bigote de crema, pero ya era tarde, una vez más había hecho el ridículo, sí, me mortifican cosas tan simples y llanas que ni yo me lo creo, pero, al mismo tiempo, que me den vergüenza estas cosas, sólo aumenta el sentido de mortificación que tengo cuando las hago.

Lo bueno es que sirvió para romper el hielo y aún cuando Javier nunca me dijo que le sucedió, pude entrever en su mirada que algo no anda bien, pero allá con él, si quiere me lo cuenta y si no quiere, no, después de todo, sólo somos mejores amigos.... A veces me dan ganas de golpear a este tipo, mmm, ya lo hice una vez y eso no resultó mucho, aunque en mi mente sí resulta y bastante, tal vez debería pedirle prestados a Zeus sus rayos para ver qué pasa. JA JA JA ¿Medio inmaduro de mi parte? Puede ser, sin embargo, a quién rayos le importa.

A N T O I N E

No hay comentarios.: